CUIDADO DEL CABELLO

Existen protectores capilares solares cuya misión es absorber o reflejar parte de la radiación ultravioleta que le llega al cabello para protegerlo de los efectos nocivos del sol. Cuando hablamos de un protector solar para el pelo no podemos utilizar la misma terminología que para los fotoprotectores cutáneos, no podemos hablar del índice de protección "SPF" cuando se trata de un protector capilar puesto que el SPF es un índice exclusivo para la piel, referido al tiempo que tarda en aparecer el eritema solar en la piel respecto a cuando no se utiliza fotoprotector.

El tipo de filtros que se usan en los protectores solares capilares no son los mimos que el los protectores cutáneos. 

Para proteger al cabello del sol se usan siliconas, polisiliconas y sustancias oleosas que envuelven a la fibra capilar y hacen de escudo o barrera frente al sol.

Puesto que suelen ser productos más enfocados a verano, los protectores capilares suelen incluir en sus fórmulas activos que protegen también frente al cloro de las piscinas, la sal  y la arena de la playa. 

Los sulfatos son sustancias químicas que llevan los champús y muchos otros productos de higiene con capacidad afrógena y detergente, es decir, se usan para formar espuma y para limpiar. Son capaces de retirar de la fibra capilar los restos de suciedad y grasa que el agua por sí sola no es capaz de eliminar. El "problema" es que además de arrastras la acumulación de grasa que ensucia el pelo, también diluye grasa del cuero cabelludo y del estrato córneo, con lo cual hace que la piel se reseque y en ocasiones pique y se irrite. Hay casos, como en cueros cabelludos sensibles, en los que es recomendable evitar el uso de estos sulfatos (muchas vences indicado en la etiqueta como "Sodium Lauril Sulfate") y cada vez más la tendencia es a no incluir sulfatos en los champús para cuidado capilar general.