21 julio 2016
Llega el verano con su calor y sus vacaciones, nos gusta poder tomar el sol y bañarnos en la playa o la piscina, usar la ropa fresquita y por la noche disfrutar de una ligera brisa sentados en una terracita o bailando en el chiringuito. ¡Planazo de verano! Si el termómetro se pasa de grados pero hacia arriba ya empezamos a sentirnos molestos; y si sufrimos una ola de calor... ésta nos puede acarrear consecuencias graves para la salud especialmente a los niños, ancianos y enfermos crónicos.
Los efectos de sufrir un calor extremo son variados tanto en síntomas como en gravedad para la salud: desde padecer una sudoración intensa con sensación de agotamiento y mareo, vamos lo que viene a ser una "lipotimia" típica por la exposición intensa al sol y al calor; hasta necesitar cuidados especiales cuando la temperatura corporal pasa de los 37,5ºC por el desbordamiento del sistema regulador interno de nuestro organismo, peligrando la salud. Porque estamos en verano y porque nos parece un tema muy importante, os vamos a contar tres tips fundamentales para que los días sofocantes sean más llevaderos para todos.
1º Hidratación durante todo el día
Nuestro organismo está compuesto en un 60% de agua, todas las funciones vitales se llevan a cabo en medio acuoso y cuando eliminamos toxinas y productos de desecho también lo hacemos perdiendo agua. Necesitamos hidratarnos más aún en verano para mantener nuestro nivel hídrico y la temperatura corporal indispensable para el buen funcionamiento orgánico. La cantidad de agua que se necesita varía en función de la edad, la actividad física y el calor al que nos exponemos; La recomendación en estas fechas es aumentar la ingesta de agua y otros líquidos (leche, zumos, batidos...) y beber aunque no se tenga sed, por si acaso. A los bebés, niños, ancianos y enfermos debemos ofrecerles líquidos cada cierto tiempo ya que la mayoría de ellos no los pedirá.
Debemos extremar las precauciones en los casos de olas de calor, aparición de vómitos y diarreas, fiebre y enfermos polimedicados para evitar en la medida de lo posible una deshidratación, ayudando con productos rehidratantes en caso de querer potenciar la hidratación. Si nos deshidratamos nuestra salud corre serio peligro. Ya lo dicen los expertos: https://youtu.be/tB6Z-YlpAh8
2ºProtección solar adecuada
Que necesitamos usar fotoprotección tópica específica para nuestro fototipo es de todos más que sabido; esto no quiere decir que podamos campar libremente al sol, por lo tanto hay que evitar estar expuestos en las horas puntas de sol (desde las 11 a las cinco de la tarde), usar gorras y sombreros y buscar las sombras donde poder darnos una tregua frente al sol. En farmacia disponemos de protectores solares de la mayor calidad así que el mejor asesoramiento farmacéutico ayudará a encontrar el más idóneo.
Nunca exponer directamente al sol a un menor de 6 meses.
Es muy importante también consultar al farmacéutico la existencia o no de riesgo por daño solar en los casos de personas con medicación crónica, que pueden sufrir sensibilización en la piel provocando hiperreactividad y alergia solar. Cuidado especial con:
- Los días nublados, la radiacion UV también atraviesa las nubes.
- Las actividades de montaña, la radiación aumenta con la altitud.
- Las gafas de sol con cristales sin homologar, para eso mejor no usarlas.
- Olvidarnos reaplicar el fotoprotector, hay que volver a ponerlo cada dos horas sí o sí.
3ºNo pasar calor
Si estamos en casa o en el trabajo fresquitos, estupendo; si estamos de visita en un museo o bajo la sombrilla en la playa, mejor aún. Tenemos que evitar en la medida de lo posible pasar demasiado calor incluso de noche, ya que si no descansamos bien al día siguiente nos encontraremos fatal (a veces hasta con sensación de mareo). Hay que evitar estar en la calle al Sol y realizar ejercicio físico intenso en las horas de más calor, es preferible usar ropa fresca y llevar siempre una botellita de agua fresca, un abanico... no esperar en los coches al sol durante demasiado tiempo y siempre pedir ayuda si nos encontramos mal: más vale prevenir, que pasarnos de fuertes y creernos imbatibles, y arriesgarnos a algún problema más grave. En este sentido debemos prestar especial atención a los que más pueden acusar los efectos de los días infernales: bebés, niños, embarazadas, ancianos y enfermos. Estos componen los grupos de población de mayor riesgo.
Si no podemos refrescarnos como nos gustaría en la playa, piscina, un río... aprovechemos las fuentes y las sombras de los parques para aliviar en momentos puntuales un posible golpe de calor.
Y por supuesto, si llevamos medicamentos encima debemos cuidar su transporte y conservación para que ellos tampoco pasen calor: usar una pequeña neverita si la medicación precisa estar a una temperatura menor de 8ºC, nunca dejarlos en los maleteros o bodegas de aviones o barcos y no exponerlos al sol; mejor dejarlos en casa o en el hotel en la zona más fresca. Si al ir a tomarlos vemos que han tenido un cambio de olor o aspecto mejor desecharlos. Y ante cualquier duda preguntar en la farmacia la forma correcta de mantener nuestra medicación durante un verano caluroso. Parece difícil pero no lo es. Sseguir estas recomendaciones no es más que poner en práctica hábitos saludables, reglas que se irán normalizando día a día y que garantizarán sino un verano apasionante, por lo menos saludable. ¡Feliz Verano desde farmaciajimenez.com! Nuestro equipo a tu disposición durante estos meses al igual que todo el año.