12 noviembre 2015
¿Qué es una bajada de defensas?
Se le llama así al estado en que se encuentra un organismo cuando su sistema inmunitario está deprimido y no realiza correctamente su función, que es la de proteger al mismo frente a infecciones y agentes patógenos. Es ahora cuando se es más propenso a enfermar por muy diferentes causas. Lo que ocurre es que pocas veces el sistema defensivo falla por sí mismo, es decir, de forma general cuando nuestras defensas bajan es porque previamente han fallado otros sistemas orgánicos, como el nervioso y el endocrino; y es muy común que suceda por causas de estrés y mala alimentación. Así que en términos generales, conseguir un buen nivel de defensas significa estar preparado para resistir o no sufrir determinadas enfermedades.
¿Quiénes forman nuestras defensas?
El Sistema Inmune (defensivo) comprende un gran entramado de reacciones, órganos y células perfectamente coordinadas para prevenir y actuar frente a cualquier agente externo o interno que este sistema entienda como "extraño". De forma grosera podemos decir que el centro de la defensa es el Timo, glándula de donde parten las células y las hormonas (señales) encargadas de atacar e informa;. Los Nódulos Linfáticos forman una malla de "filtros" por todo el cuerpo para atrapar deshechos, virus,...y desde ahí eliminarlos; Los Linfocitos y Anticuerpos son los responsables del "cuerpo a cuerpo" con los agentes patógenos, como la policía hace con los malos. Y cómo olvidarnos de las Barreras Defensivas como son la piel, el moco, el vello de los orificios, la saliva,...que componen la primera línea protectora de nuestro cuerpo. Este súper resumen nos puede ayudar a comprender que cualquier fallo en nuestro sistema defensivo, por pequeño que sea, puede desencadenar una enfermedad. Aquí os mostramos someramente cómo funciona nuestro sistema inmunológico: https://youtu.be/RIbNvTH9tK4
¡Arriba defensas!
Es indispensable mantener un sistema inmunológico fuerte que funcione correctamente. Generalmente se debilita debido a malos hábitos de vida (tabaco, alcohol, sedentarismo,...), debido a una mala nutrición, enfermedades y estados emocionales adversos (estrés, nerviosismo, insomnio,...); sin hablar de los estados de depresión inmunológica por otras causas: hereditarias, SIDA, terapias agresivas como quimioterapia, malnutrición por malabsorción,... Necesitamos mantener en buen estado nuestras defensas y lo primero y fundamental es conseguir hábitos de vida saludables:
- Dieta: debe ser equilibrada y sana, potenciando las frutas y verduras. Lo decimos hasta la saciedad pero la "dieta mediterránea" es la mejor. Zumos naturales con cítricos que nos ofrezcan la cantidad necesaria de las vitaminas antioxidantes y protectoras de tejidos y mucosas. No abusar de la comida precocinada, grasas y pastelería industrial. Aprovechad este tiempo que es el ideal para las infusiones. Y por supuesto, no echar mano de los medicamentos antes de que sea necesario para que nuestras defensas se estimulen y trabajen. Un truquito: aprovechar las frutas, verduras y pescados de temporada que reúnen todos los nutrientes que los procesos de conservación les anulan.
- Ejercicio físico: sabemos que cuesta sacar media horita todos los días para nosotros pero es necesario; andar ligero, correr, jugar con los niños en la calle, subir escaleras,...poner a punto todos los engranajes necesarios para que la máquina -que es nuestro cuerpo- se encuentre siempre perfecta. Con el ejercicio físico también nos aseguramos el beber 2 litros de agua al día. Un truquito: si tienes hijos, sobrinos o chiquillos en tu rellano aprovecha un rato y juega con ellos a la comba, al pilla-pilla,... a todos esos juegos que nos hacían sudar y llegar rendidos a la cama; además de hacer deporte fortalecerás relaciones con los peques y seguro te reirás un montón.
- Dormir bien: ni mucho ni poco sino lo recomendable que son 7-8 horas diarias para los adultos y 9-10 horas para los niños. Si nuestro sueño es de calidad estamos otorgando a nuestro organismo la posibilidad de reparar todas aquellas estructuras y funciones que más han sufrido durante el día, es decir, nuestro cuerpo se resetea. Cuanto mejor sea nuestro sueño mejor será la reparación y nuestro sistema inmunitario también emplea el tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra contra las toxinas y los gémenes que de forma continua nos amenazan. Un truquito: retoma el buen hábito de leer unas páginas antes de dormir, como si de un cuento a un niño se tratase.
- Buen estado de ánimo: al igual que se cuida el cuerpo se debe cuidar la mente "mens sana in corpore sano", que ya lo decía un escritor romano. Estados como el estrés, la ansiedad, la depresión,...no llevan a nada y son tremendamente perjudiciales para nuestro sistema defensivo. Estas situaciones activan al sistema nervioso y éste a su vez influye sobre el sistema inmune a través de la producción de hormonas y neurotransmisores. Las células del sistema inmunológico poseen receptores para estas hormonas lo que implica la modulación del sistema inmune. Del tipo de modulación depende el tipo de respuesta inmunológica. Un truquito: acuérdate de reir, por lo que sea y con quien sea.
- Y lo que ya sabemos desde niños: evitar ir demasiado abrigados o parecer los más fuertes con ropa casi de verano, aunque es verdad que hay días que es difícil acertar, lo mejor llevar ropa cómoda y una chaquetita en el brazo por lo que pueda pasar. Igualmente con los niños, porque el mismo daño hace lo mucho como lo poco, tanto dentro como fuera de casa. Un truquito: si queremos aprovechar las prendas invernales que guardamos en el fondo del armario, mejor que usarlas a diario sin ninguna necesidad para ir sudando como polluelos, es usarlas esos días más fríos o cuando anochece, así disfrutamos de la calle y de la moda cuando el tiempo no acompaña, porque más frío pasan en Finlandia y también sale la gente de sus casas.
En el próximo post hablaremos de los suplementos vitamínicos para esos momentos en que son necesarios. No os lo perdáis.