Boca sana in corpore sano

Entre el 85 – 94 % de los españoles (contando niños y adultos) presenta algún problema bucal, originado en la gran mayoría de los casos como consecuencia de la formación de “Placa bacteriana”. Los factores de riesgo para la formación de placa son la mala alimentación, el consumo de alcohol y tabaco, pero sobre todo la falta o la mala higiene bucodental, que forman una película adherida al diente y resulta altamente agresiva para las estructuras dentales y periodontales. Todos sabemos que tenemos que cepillarnos los dientes 3 veces al día y pensamos que esto es suficiente, aunque sólo es el primero de los cinco pasos que siempre debemos tener en cuenta. La omisión de cualquiera de ellos hará que “cojee” nuestra higiene dental.

Los cinco pasitos que cuidan mi boca

Podemos recordarlos a modo de cancioncilla alegre, o como queramos, pero hay que recordarlos:

1. Cepillado tres veces al día con el cepillo y el dentífrico adecuados. Podemos pensar que el cepillado diario mantiene a raya las bacterias pero no es así. Los dientes sólo representan el 25% de la boca así que si sólo nos limitamos al cepillado, estamos descuidando otras partes muy importantes como la lengua. Es recomendable cepillar la línea de las encías y las zonas interdentales.
2. Limpieza interdental para mejorar el área entre dientes. La elección de cada producto irá en función individual de cada persona, nuestra habilidad, anatomía, preferencias…
3. Enjuagues bucales tras el cepillado durante 30 segundos, al menos.  El uso del enjuague bucal dos veces al día  ayuda a mantener unos dientes y unas encías más sanas, incluso en los lugares más inaccesibles de la boca, reduce y previene la placa dental y refuerza el esmalte de los dientes.
4. Visitar periodicamente al dentista, que no se come a nadie ;)
5. Reducir la ingesta de azúcar y seguir una dieta equilibrada aumentando la cantidad de fruta y verdura.

Lo que nos puede pasar

Entre las distintas enfermedades y problemas periodontales y de la boca en general, son éstas las más conocidas y las más frecuentes. Si no cuidamos bien nuestra boca podemos padecer al menos una de ellas fijo, fijo.

Caries

Enfermedad capaz de destruir el esmalte, ataca progresivamente al diente y avanza hacia los tejidos más profundos. En una primera fase de destrucción no notamos nada, continúa con la fase de avance y dolor y, si no lo remediamos, es capaz de llegar hasta los vasos sanguíneos y nervios del diente (pulpa dentaria), causando infección y dolor muy agudo. Para evitarla basta con una correcta higiene diaria con productos anticaries y tener hábitos de vida saludable.

Hipersensibilidad dental

Sensación dolorosa en el cuello del diente provocada por la pérdida de parte del esmalte dentario y retracción de la encía; la dentina queda al descubierto y con ella terminaciones nerviosas muy sensibles, responsables de la sensación de dolor. Lo conveniente es usar los productos adecuados de la higiene y cuidado diarios para dientes sensibles.

Gingivitis

Inflamación de las encías secundaria a la acumulación de placa bacteriana en la superficie del diente, manifestándose en forma de encías inflamadas, enrojecidas, brillantes y con tendencia al sangrado. Controlando la higiene se revierte el problema pero existen casos totalmente independientes como son: los cambios hormonales durante el embarazo, menopausia o el uso de anticonceptivos orales; en tratamientos inmunosupresores y epilepsia, enfermedades sistémicas como la diabetes, leucemia o SIDA; colocación de los dientes o empastes mal hechos. Tabaco.

Es conveniente usar productos de higiene específicos de encías-gingivitis. Periodontitis o Piorrea

Inflamación e infección de las estructuras del soporte del diente cuyo origen es una gingivitis no tratada o mal tratada. Lesión degenerativa irreversible en la que los dientes se mueven y duelen. En muchas ocasiones esta enfermedad es asintomática por ello es imprescindible la revisión periódica con el dentista.

Lo mejor es la prevención de la formación de placa bacteriana siguiendo a diario los pasos anteriores de cuidado bucodental con los productos adecuados y las revisiones al especialista, evitar en lo posible el alcohol, el tabaco y la mala alimentación. Y, por supuesto, la periodontitis debe ser tratada íntegramente por el odontólogo.

Halitosis o mal aliento

Los problemas dentales son los principales causantes del mal aliento junto al tabaco, mala higiene bucodental, sequedad bucal… y otras causas no bucales como infección de garganta. El mal olor se debe a la presencia de bacterias en la boca y lengua que al descomponer la comida producen unos detritus sulfurados de olor nauseabundo. Es necesario a diario una higiene exhaustiva con los productos adecuados para la halitosis.

Llagas

Las llagas en la boca “aftas bucales” aparecen por multitud de causas, la mayoría sin importancia, aunque otras son especialemente graves.  Las infecciones dentales, las irritaciones de las prótesis, incluso mordiscos que nos damos mientras masticamos pueden desencadenar una llaga. Hay que tratar la zona para que cicatrice rápido y nos moleste lo mínimo a la hora de comer y beber.

No hay nada mejor que una boca sana y radiante.

Manchas en los dientes

Más que una enfermedad es una cuestión estética, nos gustan las sonrisas bonitas con dientes blanquitos ¿a quién no? Para cuidar nuestra boca y dientes al máximo y recuperar poco a poco el color marfil original, hay toda una serie de productos específicos que nos previenen de enfermedades bucodentales y aclaran nuestros dientes; si junto a este cuidado evitamos tomar alimentos que manchen las piezas dentales (también tabaco) el resultado es fabuloso. Hablamos de los blanqueadores.

Tu boca, mi boca, nuestra boca…que no nos pase como al pez, que por la boca muere. Farmaciajimenez, comprometidos con la salud bucodental de toda la familia. ¡Consúltanos!